150 años del nacimiento de Sigmund Freud (1856-1939)
En su ciudad natal de Pribor, en la actual República Checa, a Freud se lo homenajeará con un museo, y en Viena, ciudad en la que vivió desde los tres años, se preparan múltiples exposiciones, debates y conferencias acerca de su obra. Alrededor de 100 eventos a lo largo y a lo ancho del globo están previstos para que su obra se conozca mejor bajo el lema “La revelación del siglo XXI”.
¿Qué hizo Freud para merecer esta atención?
Aunque muchas de sus investigaciones y teorías fueron criticadas por académicos y recibidas con estupor por la sociedad de la época, el psicoanálisis se expandió y transformó casi todos ámbitos de las artes, las humanidades, la medicina y la comprensión de la mente humana, fundando además la psicología clínica.
Aún hoy sigue siendo criticado por algunos y respaldado por otros. Podría hacerse un paralelismo con Darwin y su teoría de las selección natural: pese al arraigo definitivo de la teoría de la evolución en el campo de la ciencia, surgen posiciones críticas como los creacionistas en Estados Unidos. Respecto al psicoanálisis aun hay quienes niegan, en el comportamiento humano causas más allá de lo visible.
En fin, como dijo Baltasar Gracián Quien no tiene enemigos, tampoco suele tener amigos.
Hoy en día se puede ser Freudiano, neo-freudiano, Post-freudiano u otras variantes, según cuanto se coincida con las posiciones de Freud, pero lo que queda mas allá del reino de lo científicamente respetado es ser pre- freudiano, es decir ignorar la revolución intelectual que provocó su obra.
Dada la proliferación de distintas escuelas, de las discusiones académicas, de los apoyos y cuestionamientos, los psicólogos somos frecuentemente interrogados sobre cuáles consideramos los legados más definitivos e influyentes de la obra de Freud.
Aunque al precio de un cierto esquematismo, yo destacaría los siguientes cinco puntos capitales:
1.- El desmoronamiento de la idea de racionalidad. La idea de que las razones verdaderas y más importantes de nuestro comportamiento, permanecen ajenas a nuestra conciencia. Freud utilizó para ello la metáfora del iceberg, del que solo emerge una pequeña parte para comparar la conciencia y la parte inconsciente.
Para mostrar hasta que punto esta concepción se infiltra en todos los ámbitos de la sociedad contemporánea basta el ejemplo de la publicidad: todo creativo de publicidad sabe que cuando un hombre elige un modelo de coche, por más que estudie y compare la ficha técnica, los elementos que decidirán la elección final pueden ser tan pueriles como la asociación intencionada de la campaña publicitaria entre ese modelo y una sensación de libertad, potencia personal o éxito en la seducción.
2.- El malestar en la cultura. Tras el mordisco de Adán a la manzana, o dicho de otro modo, al pasar el hombre civilizado por el filtro de la educación, se instaura un conflicto entre la moral de lo que es bueno para los demás, y la moral del placer propio.
No se pueden entender sin este descubrimiento los sentimientos de frustración, angustia, culpa y verüenza de la vida normal, ni las depresiones, fobias, obsesiones y todo el resto de trastornos neuróticos.
3.- La complejidad de la sexualidad humana. Planteó una sexualidad más allá de la simple genitalidad. Determinada del cuello para arriba mas que de la cintura para abajo. Una energía capaz de ser transformada, desplazada, reprimida o sublimada.
4.- La ausencia de azar en el comportamiento humano. Todo lo que una persona haga, diga o sueñe, e incluso cuando se equivoca, encierra un significado. Previamente se consideraba ruido, caos y degeneración del pensamiento todo comportamiento patológico. Freud planteó que siempre hay una lógica que causa nuestros actos, aunque no siempre seamos capaces de entenderla. Aún para quienes aceptamos los extraordinarios avances de la neurociencia, que Freud no llegó a conocer, sus descubrimientos son compatibles con una visión cada vez más rica y compleja de nuestra mente, gobernada tanto por la biología como por los significados inconscientes que nuestra novela familiar ha tejido.
5.- El poder de los símbolos. Sus explicaciones del funcionamiento de la mente y de las causas del enfermar lo llevaron a una teoría de la cura. Así como Einstein descubrió que el átomo puede liberar energía, Freud se planteó que si se enferma por significados, inconscientes, al descifrarlos y por lo tanto aumentar el auto-conocimiento, aumenta la energía vital y disminuye el poder patógeno al liberar la conducta de la carga imaginaria que la lastra.
Contrariamente a críticas que le atribuyeron un exceso de atención al pasado, él consideraba que la comprensión del modo en que hemos sido condicionados por nuestra historia temprana nos libera para vivir el presente más plenamente.