Psicólogo en Mallorca

Perversión y creatividad, no woman, no cry

El pasado mes de noviembre el Reagge, la música caribeña de Jamaica fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Este género es prácticamente indisociable al nombre de Bob Marley que fue el artista que lo difundió a escala mundial en sus actuaciones.

Junto con su música Marley también transmitió la religión Rastafari, la estética rasta en el peinado y el consumo de marihuana a la que era adicto.

Su éxito reflejado en la venta de millones de copias en todo el mundo se atribuye tanto al ritmo pegadizo y la originalidad de su música como al contenido político, social y reivindicativo de sus letras que prendieron como fuego en multitudes de los más diversos países.

Al morir recibió un funeral de estado en Jamaica y fue enterrado junto a su guitarra, una Gibson roja, en una capilla que se convirtió en lugar de peregrinación y rentable reclamo turístico para las arcas de ese empobrecido país caribeño.

Detrás de esta dimensión gloriosa que se ha construido sobre su figura y que la reciente declaración de la UNESCO, contribuye de algún modo a ensalzar, hay un personaje complejo, irracional, de cuestionada moralidad, y comportamientos machistas y agresivos como revela la reciente publicación del libro “No woman , no cry” de su viuda Rita Marley.

Rita da testimonio de que la de Marley fue una vida disoluta, promiscua transgresiva e irresponsable. Tuvo cantidad de hijos con diversas mujeres, algunos de los cuales ella acogió.

Podríamos decir que detrás de la dulce frase No woman no cry una de las canciones icónicas de Bob Marley con que Rita Marley titula el libro, se escondía… “a menos que quien te haga llorar sea yo”. Su desprecio a toda realidad que no fuera su propio criterio fue causa de su muerte precoz que se debió a su negativa a la prescripción de sus médicos de la cirugía de un cáncer de piel que acabó extendiéndosele por todo el cuerpo.

Pero nada de esto empaña el que haya sido un artista extraordinario, un creador en toda regla.

En realidad, el estudio psicológico de la personalidad de los creadores revela que, aunque con una gran variación en cada caso, el carácter transgresor y las escasas ataduras al deber ser y a lo que los demás consideran correcto es un factor común.

Una significativa coincidencia de ese rasgo autosuficiente es la similitud con la causa de la muerte de otro creador desmesurado. Se trata de Steve Job, cuya muerte también se precipitó por su rebeldía a seguir los protocolos médicos en el tratamiento de un cáncer.

El estudio psicológico de las condiciones necesarias para el funcionamiento de los individuos en una sociedad estructurada demuestra que es imprescindible la existencia de un dispositivo interior que da un elevado valor a la necesidad de ser amado y reconocido por los demás. La paradoja es que eso resta autonomía.

El sentimiento de culpa, la vergüenza, la fragilidad de la autoestima, las dudas y la inseguridad que están entre las causas mayoritarias de los padecimientos que los psicólogos vemos en el sufrimiento psíquico de nuestros pacientes, se origina en esa dependencia de los otros tanto como el autismo, la psicopatía y la criminalidad se acompañan de la indiferencia.

De hecho podría afirmarse que la ausencia de ese lastre moral es una condición compartida por psicópatas y creadores.

De algún modo la difícil definición de salud mental contempla un equilibrio entre la autonomía necesaria en toda iniciativa y los límites que impone la legalidad de los otros.

Pablo Picasso, uno de los grandes transgresores del arte español lo dijo abiertamente en una frase “Aprende las reglas como un profesional, para que puedas romperlas como un artista”.

Claro, que ni todos los transgresores son creativos ni todos los creadores son perversos manipuladores.

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