Psicólogo en Mallorca

Freud 160 aniversario, su otro legado

Pese a las polémicas que siempre han rodeado la obra del neurólogo vienés, el aniversario de los 160 años de su nacimiento ha merecido la atención y comentarios de casi todos los medios. Y por si fuera poco el omnipresente Google le dedicó un doodle.
La mayoría de medios ahondaron en como el legado de Sigmund Freud cambió para siempre la visión de los trastornos psíquicos, el lenguaje cotidiano, los sueños, la sexualidad, la formación de la personalidad, la mente infantil y las relaciones causa-efecto dentro del psiquismo. Lo cierto es que el impacto de la mayoría de sus afirmaciones es un hecho tan contundente, que incluso algunos de sus críticos ignoran que sus propios discursos han incorporado sus ideas.

Prácticamente cualquier persona con un nivel cultural medio conoce hoy día parte de sus ideas y utiliza, en su vocabulario términos como inconsciente, represión, negación, complejo de Edipo, proyección, angustia de castración, superyó y otros. Sin embargo, hay un aspecto de la influencia del creador del psicoanálisis menos divulgada. Quizás se deba a que no se refiere directamente al campo de la salud mental, la sexualidad o el origen de la neurosis que son temas que inquietan a la mayor parte de la población. Se trata de un cambio profundo de la imagen que el ser humano tiene de si mismo.

“Pienso, luego existo” sintetiza el principio del pensamiento de René Descartes, filósofo, matemático y físico francés del siglo XVII considerado uno de los fundadores de la filosofía moderna y del racionalismo. Situó a los hombres en la confortable idea de que el pensamiento y la racionalidad los ponía en un lugar de superioridad respecto al resto del reino animal. El poder de la razón nos asegura el control de nosotros mismos.
Freud derrumbó esa idílica visión cuando el estudio de las neurosis y el mundo de los sueños lo llevó a descubrir que “la parte más importante de las motivaciones de un ser humano permanece ajena a su conocimiento”. Se valió de la inquietante imagen de un iceberg del que solo aflora una pequeña parte.
De hecho el principio en que la psicología clínica dinámica basa el efecto curativo consiste esencialmente en aumentar el grado de conocimiento sobre las causas sumergidas que lastran el pensamiento y producen comportamientos neuróticos. Por eso hoy día cualquier experto en marketing o publicidad sabe que para hacer que alguien compre un producto es menos importante darle buena información técnica que inocularle una motivación a sus deseos inconscientes.

También por esa razón cuando alguien se enamora, aunque crea que es por un atributo determinado de la persona elegida, suele ignorar que son otras poderosas fuerzas subterráneas las que lo empujan en esa dirección, y lo que a veces es causa de un “enganche” pese a que la relación se ha vuelto tóxica. Posiblemente aún lleve un largo tiempo para que los seres humanos asimilen esta parte filosófica del legado freudiano sin sentir un vértigo similar al que los astrofísicos nos producen al mostrar que la Tierra no es más que una mota de polvo en el infinito del universo.

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